En la orilla de un río

En la apacible comunidad de Peña Guarayo, Beni, Bolivia, un niño de tan solo 9 años encontró un destino desafortunado al perder la vida debido a la picadura de una víbora. Este incidente conmocionó a la comunidad y dejó a la familia sumida en el dolor.

Trágico Encuentro con una Serpiente Cascabel

El pequeño, cuya identidad no ha sido revelada, se encontraba disfrutando de su día a orillas de un río cuando fue mordido por una serpiente cascabel en uno de sus pies. A pesar de las advertencias de su hermanita, quien le instó a no ir al arroyo a pescar, el niño desobedeció y, mientras jugaba, sintió el aguijón venenoso de la serpiente.

Angustia de una Madre: Llamado de Auxilio Entre Lágrimas

La madre del niño, visiblemente afectada, compartió la dolorosa experiencia: “Mi hijito le ha picado la serpiente, el cascabel. Él estaba de ida a un arroyo a pescar, su hermanita le dijo que no fuera, pero se fue de escondida. Estaba jugando y sintió directo que algo le picó y dos jóvenes lo auxiliaron”.

Lucha en Terapia Intensiva: Cuatro Días de Angustia

Después del incidente, el menor fue trasladado al hospital de Riberita, donde luchó por su vida en terapia intensiva durante cuatro días. A pesar de los esfuerzos médicos, la salud del niño se deterioró progresivamente.

Trágico Desenlace: Pérdida Irreparable

En la tarde del jueves, los médicos confirmaron la trágica noticia: el niño perdió la vida como resultado de las complicaciones derivadas de la mordedura de la serpiente. La familia, sumida en el dolor, aguarda para recoger el cuerpo y realizar el velatorio.

Solicitud de Ayuda: Transformando el Dolor en Solidaridad

Durante la hospitalización del niño, la familia solicitó ayuda a la población para adquirir los medicamentos necesarios. Ahora, con la pérdida irreversible, los fondos recaudados se destinarán a los gastos funerarios, un ejemplo de cómo la comunidad puede unirse en momentos de tragedia.

Este trágico suceso en Peña Guarayo destaca la vulnerabilidad de la vida y la necesidad de estar alerta en entornos naturales. La familia, en su dolor, encuentra apoyo en la solidaridad de la comunidad, mostrando que, incluso en la oscuridad, la luz de la compasión puede brillar.

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