
Nadie quiere perder una buena olla solo porque tiene algunas quemaduras obstinadas. Afortunadamente, puedes restaurar su brillo y funcionalidad siguiendo estos simples pasos. Asegúrate de reunir todos los elementos necesarios antes de comenzar:
Materiales necesarios:
- Una olla más grande que la quemada.
- Agua.
- Detergente en polvo.
- Una patata.
- Sal.
- Polvo de hornear.
- Bicarbonato de sodio.
- Papel de lija de grano 240.
- Una esponja.
Paso 1: Preparación
Comienza llenando la olla más grande con agua y coloca la olla quemada dentro de ella. Asegúrate de que el agua cubra completamente la olla quemada.
Paso 2: Hervir
Enciende la cocina y coloca la olla más grande en la estufa. Deja que el agua alcance el punto de ebullición. El calor ayudará a aflojar las costras quemadas de la olla.
Paso 3: Agregar detergente en polvo
Una vez que el agua esté hirviendo, agrega una cantidad razonable de detergente en polvo directamente en la olla quemada. Esto ayudará a disolver las incrustaciones. Deja la olla en remojo durante unas horas para asegurarte de que las costras se ablanden.
Paso 4: Preparar la pasta desengrasante
Mientras las incrustaciones se suavizan, puedes preparar una solución desengrasante natural utilizando una patata. Ralla una patata en un recipiente y agrega sal, polvo de hornear y bicarbonato de sodio. Mezcla estos ingredientes hasta obtener una pasta de pulir.
Paso 5: Limpieza
Con mucho cuidado, retira la olla quemada del agua hirviendo, asegurándote de proteger tus manos con guantes o manoplas de horno. Vacía el agua y el detergente de la olla; ya notarás que está más limpia después del remojo.
Paso 6: Aplicar la pasta de pulir
Usando una cucharada de la pasta de pulir de patata que preparaste anteriormente, aplícala en la superficie quemada de la olla. Frota con una esponja o papel de lija de grano 240 hasta que las quemaduras desaparezcan y la olla recupere su brillo original.
Siguiendo estos pasos, podrás revitalizar tu olla quemada y extender su vida útil. ¡No necesitas deshacerte de ella!