Sí, el bicarbonato de sodio limpia y da brillo a los azulejos: así es como se usa

Con el tiempo, las baldosas de cerámica pueden perder su brillo original y desvanecerse. Al enfrentarte a este problema, es tentador recurrir a productos químicos del supermercado. Sin embargo, ten en cuenta que estos pueden ser perjudiciales para la salud y el medio ambiente. Descubre formas efectivas y ecológicas para limpiar y hacer brillar tus baldosas con estos 4 consejos infalibles.

La Tarea Tediosa que Vale la Pena

Limpiar puede ser una tarea tediosa, pero la recompensa de un interior limpio y agradable vale la pena el esfuerzo. Si tus baldosas de cerámica han perdido su brillo, estos 4 consejos prácticos te ayudarán a revitalizarlas y dejarlas relucientes.

Pasos para Limpiar Baldosas de Cerámica

Asegúrate de seguir estos pasos fundamentales para tener un baño impecable y dar nueva vida a tus azulejos.

Paso 1: Limpiar la Superficie

Antes de aplicar cualquier producto, prepara la superficie barriendo el polvo y eliminando migas y desechos con una escoba o aspiradora. Presta especial atención a las juntas de cada baldosa, utilizando un cepillo o accesorio angosto de aspiradora.

Paso 2: Aplicar Productos Desincrustantes

Una vez que la superficie está libre de suciedad, aplica productos naturales para dar brillo. Puedes elegir entre bicarbonato de sodio, amoníaco, limón o alcohol. Mezcla estos ingredientes con agua tibia y aplica la solución en el piso antes de frotar con un paño limpio.

Bicarbonato de Sodio:

  • Mezcla 3 cucharadas de bicarbonato de sodio en 1 litro de agua caliente. Aplica y frota con un paño limpio.

Amoníaco:

  • Vierte 4 cucharadas de amoníaco en un litro de agua. Úsalo con precaución, utilizando guantes y máscara.

Limón:

  • Exprime dos limones y diluye el jugo en un litro de agua. Añade una cucharada de vinagre blanco para mejorar la eficacia.

Alcohol:

  • Coloca alcohol en una botella con spray y rocía sobre la superficie para eliminar microbios.

Paso 3: Tratar la Superficie en Profundidad

Después de aplicar el producto, utiliza un cepillo de escoba, un cepillo pequeño o un paño poroso para fregar las baldosas. Elimina la suciedad y los microbios, siendo delicado debido a la fragilidad del material. Frota suavemente, asegurándote de abordar cada rincón y grieta.

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